Ramón Bragaña: Nació y Murió un 11 de Mayo

Al Bat 

Ramón Bragaña: Gloria eterna 

Por Jesús Alberto Rubio

beisrubio@gmail.com 

Nació un 11 de mayo... y, caray, falleció un…¡11 de mayo! 

Ramón Bragaña 

Llegó a Jugar en las Ligas Negras. 

Procedente de Cuba, en 1927 debutó en México a sus ¡16 años de edad! 

También, la afición de la vieja y desaparecida Liga de la Costa del Pacífico  le admiró al verlo lanzar con los Ostioneros de Guaymas. 

Por su aspecto, finos modales y utilizar lentes, le llamaron “El Profesor”. 

También se le conocido y admiró como “Señor Béisbol”. 

Además, dominó dos armas letales con su pitcheo: lanzaba una recta de humo y fuego por arriba de su brazo derecho y una curva hacia abajo (down) que causaba estragos; además, impactó por un indomable espíritu de lucha y se desempeñaba de lo mejor en cualquier posición de cuadro o jardín. 

¡Toda esa conjunción, sí, representaba Ramón Bragaña Palacios! 

Exacto, un inmortal del béisbol universal y quien, este 11 de mayo, hemos de recordar y guardar memoria y honor su  notabilísima carrera en la pelota profesional. 

Tenía 76 años de vida cuando en 1985 Ramón Bragaña pagó tributo a la madre tierra en Puebla de los Angeles, la misma ciudad donde el 26 de abril de 2005 también murió otra leyenda eterna del béisbol, Miguel “Becerril” Fernández. 

Su debut y las Ligas Negras

Nacido en La Habana en 1909, con portentosas facultades para jugar cualquier posición, hizo su aparición en México en 1927 con el equipo “Cuban Stars”: 

Fue el 12 de junio del 27 cuando ante la algarabía general de los aficionados los isleños viajando para realizar juegos de exhibición llegaron al parque Franco Inglés ubicado en donde hoy se encuentran las oficinas y talleres de CFE por Circuito Interior del Distrito Federal. 

Con aquellos “Cuban Stars” precisamente Bragaña debutaría en su adolescencia que apenas cifraba los 16 años de edad, haciéndolo con gran exitoso ante los artilleros de Gendarmería al dejarlos en tan sólo cuatro hits para un gran triunfo. 

Con el gran equipo venía Luis Tiant, progenitor de Luis Tiant, de grandes recuerdos con los Tigres de México y los Naranjeros de Hermosillo, además de notables jornadas en Ligas Mayores con Cleveland y, sobre todo, Medias Rojas de Boston.  

Tiant padre, un excelente lanzador zurdo, obtendría en esa gira tres grandes triunfos, confirmando así ser un extraordinario pítcher de aquella época, con múltiples hazañas en varios países. 

Volvamos, juntos, con “El Profesor”: 

Entre 1928 y 1935 tuvo la oportunidad de jugar en las famosas Ligas Negras con los mismos Cuban Stars, New York Cubans, Stars of Cuba y los Back Eyes. 

Claro, de no tener la piel negra, fácilmente se hubiera instalado en cualquier equipo de las Ligas Mayores. Pero, ya sabe, todavía no llegaba 1947 y Jackie Robinson. 

Se quedó en México 

Tras su grata experiencia de su debut en México, en 1930 regresó para jugar en un campeonato veracruzano en el puerto jarocho y luego en 1931 firmó con el Fabriles (más tarde Aztecas), de Homobono Márquez, quedándose a radicar definitivamente en nuestro país. 

Y de aquella época, entre sus victorias internacionales más resonantes se cuentan dos; una sobre la selección de Estrellas de la Liga Nacional, por 2-0 y 3-0, lanzando por el Fabriles, en 1932 

Su arribo al béisbol mexicano le iba a convertir en un gran ídolo y al paso del tiempo en una leyenda, llegando a ser el primero en la Liga Mexicana de Béisbol (LMB) en  alcanzar los 211 triunfos y establecer esa marca que parece insuperable: ¡30 victorias con los Azules de Veracruz, a quienes hizo campeones cuando con su pitcheo derrotó 6-0 a Nuevo Laredo!  

En su primer año en la LMB, con el Agrario en 1938, logró 8-5 y 2.45 de efectividad, además de abanicar a 69 enemigos, pero no se me mueva: 

En la siguiente temporada apareció con el Anáhuac (8-6 y 2.47) para y esa vez demostró ser todo algo fuera de serie y por demás completo cuando ¡jugó en todas las posiciones! 

En 1940 llegó a los Azules de Veracruz donde siguió  demostrando su enorme talento y capacidad: con 2.58 obtuvo el título de efectividad, teniendo además 16-8 y abanicó a 144 (su cifra más alta) tal como lo haría de nuevo en su mágico 1944 cuando ganó las tres decenas de juegos para el gran récord. 

¡30 victorias! 

Aquel mágico 44, en la Epoca de Oro del béisbol mexicano, apantalló al establecer los récords de todos los tiempos en el béisbol de México:  

Sus registros de 30 victorias (30-8) y 325 episodios lanzados, 3.30 de ERA y 144K, fueron cifras que cobraron notoriedad en su tiempo porque todo lo hizo en 45 apariciones en un calendario, entonces de 90 juegos. 

Precisamente con los Azules de Jorge Pasquel cubrió  toda una época: de 1940 a 1951 estableció la marca de 179 victorias, por un pitcher jugando en el mismo club. 

También Bragaña pasó a la historia en haber sido el único pelotero en ver acción con los gloriosos Azules de Veracruz en sus doce años de existencia; además, contribuyó enormemente en cuatro banderines (40, 41, 44 y 51).  

El cubano-mexicano abridor por excelencia también lanzó para Jalisco en 1952, Monterrey (52-53), México (1954), Aguila y Yucatán (55), el año de su retiro. 

En 8 años registró 211-162 y porcentaje global de .566 milésimas. En 12 años lanzó pelota superior a los .500 de promedio, lo que denota su consistencia en el montículo, en donde además fue un fildeador extraordinario. 

En la Liga de la Costa, en el 46-47 reforzó de última hora a Guaymas, que perdió la final contra Hermosillo. Luego volvió en el 1953 para actuar de mánager, manteniéndose siempre en magnífico nivel e inclusive lanzando buenos encuentros cada vez que hubo oportunidad. 

Quizá un pequeño lunar en su riquísimo historial ocurrió aquella vez cuando el legendario Babe Ruth invitado por Pasquel se presentó en el antiguo Parque Delta a dar una exhibición de bateo: 

Esa ocasión, Ruth, ya viejo y enfermo del cáncer en la garganta que le llevó a la tumba, se enfrentó a Bragaña, quien sin percatarse tal vez de lo que significaba esa demostración. 

Para empezar, por algún motivo que él nunca reveló,  “no le quitó nada a la pelota” y pues más que pronto y tras una discusión con el mánager del México, Ernesto Carmona, lo bajó de la loma trayendo a Alberto Romo Chávez, quien “se la puso a modo” para que el gran Bambino pudiera conectar algunas pelotas tras la barda. 

Pero esas con cosas del béisbol y de todo humano que, para cerrar, no le quita en el tiempo la grandeza de este enorme “Señor del Béisbol”..