Connie Mack y sus "Elefantes Blancos"

Connie Mack y  sus “Elefantes Blancos” 

Por Jesús Alberto Rubio

beisrubio@gmail.com 

Hoy, enero de 2010, abriremos con un tema que le envuelve todo un proceso histórico en el béisbol: Connie Mack y la famosa dinastía que formó con los legendarios “Elefantes Blancos”. 

Realmente es todo un privilegio hablar en torno al famoso magnate y mánager  bautizado como Cornelius Alexander McGillicuddy, quien nació el 22 de diciembre de 1862  en East Brookfield, Massachusetts. 

Un estratega y propietario de los Atléticos de Filadelfia por unos ¡50 años…! y quien nunca dirigió vestido de pelotero, sino más bien luciendo siempre de traje por lo general color azul o negro. 

A la afición de Hermosillo le tocó conocerlo: 

El 31 de marzo de 1941 sus Atléticos jugaron en el Estadio de “La Casa del Pueblo”  que a partir del 55 se llamó “Fernando M. Ortiz”, contra los Piratas de Pittsburgh que traían de coach a Honus Wagner, el inolvidable legendario “Holandés Volador”. 

¡Qué momento! 

Dominaron el escenario 

Fue a partir de 1929 cuando los Atléticos de Filadelfia, conocidos en ese entonces como “Los Elefantes Blancos” de Connie Mack, dominaron el escenario beisbolero durante tres años, registrando una gran época. 

Su staff de pitcheo, de lo mejor: 

Tuvieron la poderosa mancuerna de pitcheo representada por Robert Moses “Lefty” Grove (20-6) y George Earnshaw (24-8), el pítcher campeón. 

Earnshaw,  fue algo grande: en sus primeras temporadas ganó 86 juegos con todo y que llegó a los Atléticos a los 28 años de edad (Pertenecía a Baltimore, que lo tuvo 5 años en Ligas Menores). Sus campañas del 28 al 32, fueron: 7-7, 24-8. 22-13, 21-7 y 19-3. 

Grove fue campeón en abanicados con 170 y en efectividad con 2.81 y también ayudaron Rube Walberg (18-11), Howard Ehmke (7-2) y Eddie Rommel (12-12). 

“La Bestia” 

Los bats de Filadelfia fueron de enorme respeto: 

Jimmie Foxx, Mickey Cochrane, Mula Haas, Al Simmons, Bing Miller, Max Bishop, John Boley y Jimmy Dikes. 

Con esta con esta constelación de estrellas iban a ganar tres títulos consecutivos de la Liga (1929-1931), con dos coronas mundiales. 

En esos años se aseguraba que aquellos Atléticos eran tan buenos como los Yankees del 27. 

Un trabuco de miedo 

A partir de ese año los “Elefantes Blancos” estaban más que listos para volar demasiado alto. 

En realidad, Mack tenía un trabuco de miedo: 

“Lefty” Grove, llevaba dos años de 20 triunfos en cuatro temporadas y líder en ponches en cada una de ellas. 

También contaban con Lefty O´Doul, campeón bat con .398 (récord en la Nacional para un jardinero) y JMV, además de implantar marca para el circuito con 254 hits en esa campaña. 

Qué decir de Chuck Klein, quien en su primera temporada, fue el líder jonronero con 43 (Superado por Ruth/46) y bateó .356. 

Su más temible toletero, Jimmie Fox, “La Bestia”, como siempre, fue también ese año por demás especial: 

Fue el quinto mejor bat de la Liga con .354, cuarto en cuadrangulares con 33, sólo superado por los 34 de su compañero Simmons, los 35 de Lou Gehrig y los 46 del líder Babe Ruth. También produjo 117 y recibió 103 bases por bolas. 

Simmons fue subcampeón bat con .365 y fue el líder en producidas con 157. 

Atléticos también tenía a Max (“Ojo de cámara”) Bishop, líder en la Liga con 128 bases y 102 anotadas. Haas pegó .313 y anotó 115 veces como segundo bat; Cochrane dio .331 y desde entonces se le consideró como el mejor cátcher del béisbol. 

Filadelfia llegaba al Clásico del 29 tras una campaña de 104 victorias en 150 partidos, acumulando .296 de bateo y terminando 18 juegos adelante de los Yankees que dos años antes habían aterrorizado al béisbol. 

Pero, después de 15 temporadas, Connie Mack armaba al fin un excepcional equipo para de esa manera dejar por un lado a los Bombarderos Yankees y llegar al clásico otoñal esa campaña contra Cachorros a quienes vencieron en cinco juegos. 

Aquellos Cubs contaban con Hack Wilson, quien un año después fijaría un récord impresionante de 191 carreras impulsadas. Otros estelares eran Roger Hornsby y Kiki Cuyler. 

Lo ayudó Ty Cobb 

Mack tenía 62 años de edad y estaba en su 29 temporada al frente de los Atléticos (y su 32 como timonel) y había construido un poderoso team de jóvenes ayudado dos previas temporadas por los veteranos Ty Cobb, Eddie Collins y Tris Speaker. 

Connie Mack volvió a ganar la Serie del 30 frente a Cardenales, ahora en seis juegos, pero en el 31 la perdió en siete, una vez más enfrentándose a San Luis y ya nunca más volvió a obtener un banderín mundial. 

Además, con la desafortunada Depresión Económica que impactó a Estados Unidos, prácticamente disolvió a su fabuloso equipo. 

Mack manejó durante 53 años, 50 de ellos, en este siglo: 1894-96 a Piratas y 1901-1950 a Filadelfia. Y fue a 8 series mundiales. 

En 1953, al parque Shibe le pusieron su nombre como la mejor forma de honrarle aún en vida.  

El legendario Mack falleció en 1956 a los 93 años de edad. 

En su notable carrera, ganó 9 banderines y 5 clásicos otoñales, pero terminó en último sitio en 17 ocasiones. 

Después de la campaña del 54, los Atléticos de Filadelfia se mudaron a  Kansas City y, eventualmente, a Oakland. 

Y ahí quedó Connie Mack... para la historia de los grandes del pasatiempo rey.  

It is. 

Un cálido abrazo en este naciente 2010. Mis mejores deseos para usted, su familia y amigos.  

Igual, Enguerrando, para ti y tu familia. 

Lo mismo, para tu excelentísima revista y esfuerzo periodístico. 

Qué mejor. 

Mis mejores parabienes.