37 Años del Salón de la Fama |
![]() Al Bat 37 años de historia * El Salón de la Fama del Beisbol Profesional de México cumple este 10 de marzo su 37 aniversario de fundación. * El mismo día, en la Asamblea de Elección, se conocerán los nuevos inmortales a ingresar en este 2010. Jesús Alberto Rubio
Cuando el aniversario 30 del Templo de los Inmortales, en el año 2003, el béisbol mexicano y su historia disfrutó ver juntos a Beto Ávila, Vinicio García y Guillermo “Huevito” Álvarez. Esa vez, su grata presencia en relevante Reunión del Recuerdo, enriqueció al Recinto Sagrado con tan grandes y elocuentes protagonistas hoy en el cielo, vigentes en la inmortalidad del deporte rey. Ahora, en lo que será su 37 aniversario de fundación, se fundirán dos actos a la vez: la celebración de su nacimiento el 10 de marzo de 1973, y, la Asamblea de Elección donde se conocerá a los nuevos inmortales. En la actualidad el Salón de la Fama bajo la dirección del contador Mario Joaquín Morales Salazar, tiene 178 miembros, más los que ingresarán este año. Los elegidos saldrán de la siguiente lista: Fernando Villaescusa, Luis Alfonso Cruz, Rodolfo Hernández, Ricardo Solís, Luis Fernando Méndez, Gerardo “Polvorita” Sánchez, Alonso Téllez, Derek Bryant, Armando Reynoso y Héctor Heredia. Y de entre los ampayers: Fernando Guerrero, Efraín Ibarra, José Concepción Rodríguez, Antonio Calderón y Vicente Aceves. De hecho, el historiador del Recinto, Horacio Ibarra, nos adelanta que la votación se realizó el pasado viernes, por lo que ya hay nuevos inmortales, los que serán dados a conocer este miércoles en la ceremonia de aniversario. Su fundación Fue en la III Convención Nacional de Béisbol celebrada en Hermosillo los días 12 y 13 de febrero de 1972, cuando se oficializó la fecha de apertura oficial del Salón de la Fama del béisbol mexicano. Horacio López Díaz y Antonio Ramírez Muro eran los presidentes de la Liga Mexicana del Pacífico y Mexicana de Beisbol y entre las personalidades presentes figuraron Arcadio Valenzuela, como presidente del Club Naranjeros, así también Alvaro Lebrija, Rodolfo González Castillo y Angel Vázquez, presidentes de los Charros, Sultanes y Diablos Rojos, respectivamente. En los trabajos de la convención, serían elegidos por unanimidad Beto Avila, José Luis “Chile” Gómez, Baldomero “Melo” Almada, Jesús “Cochihuila” Valenzuela, Alejandro Aguilar Reyes, “Fray Nano”; Jorge Pasquel, Ernesto Carmona, Roy Campanella, Joshua Gibson y Monford “Monte” Irvin. Ese fin de semana, en la capital sonorense se manifestaba el advenimiento de un anhelado sueño surgido desde 1939: contar por fin con un inmueble enaltecedor de los inmortales del béisbol en México. “Fray Nano” Exactamente, un primer histórico antecedente sucedió en 1939 cuando, un día antes de la inauguración del Salón de la Fama de Ligas Mayores, en Cooperstown, N.Y., el de México estaba recibiendo a los primeros cinco grandes del béisbol de las tres primeras décadas del siglo 20. En esos días, el notable periodista Alejandro Aguilar Reyes, “Fray Nano” sabía que el lunes 12 de junio de 1939 se iba a inaugurar el recinto del béisbol de Ligas Mayores con los primeros grandes héroes designados desde 1936: Ty Cobb, Walter Johnson, Babe Ruth, Christy Mathewson y Honus Wagner. Entonces, el director-fundador del Diario La Afición, quien junto con Ernesto Carmona había sido en 1925 impulsor del inicio de la Liga Mexicana de Béisbol, tuvo la brillantísima idea de impulsar la creación en nuestro país un recinto de esa naturaleza, precisamente coincidiendo con el Primer Centenario del Nacimiento del Béisbol. Para lograr su cometido, se dio a la tarea de buscar el patrocinio de las Ferreterías El Barco, de la Ciudad de México, empresas dedicadas a la fabricación y exportación de todo tipo de artículos deportivos, especialmente de béisbol, invitando a los aficionados para que a través de cupones manifestaran su apoyo a quienes consideraban los de mayor simpatía y, obviamente, los principales protagonistas dentro del terreno de juego. Primeros entronizados El cómputo final se realizó el 25 de mayo, quedando las votaciones de la siguiente forma: Lucas Juárez con 40,427, Antonio Delfín “Lañiza” (37,464), Julio “El Diamante Blanco” Molina (18,228), Leonardo “Najo” Alanís (17,676) y Fernando “Cocuite” Barradas (11,778). Con este resultado, el béisbol profesional de México sentaba un notable precedente y daba paso a la instauración de su Salón de la Fama con la introducción de estos primeros cinco inmortales, exactamente el 11 de Junio, ¡un día antes de que ocurriera el acto de apertura oficial del recinto de Ligas Mayores! Ese histórico día sus nombres quedaron grabados en una placa de bronce que se colocó en lo que fue el desaparecido Parque Delta de la capital del país, siendo Ernesto Carmona quien en su calidad de presidente del circuito se encargó de develarla en medio del regocijo general. Muchos años después, en 1964, la Asociación de Cronistas de la Ciudad de México decidió realizar una votación para elegir a los siguientes grandes peloteros –considerándose a los mejores beisbolistas mexicanos y extranjeros que hubieran destacado en la pelota mexicana– para ser inmortalizados en un Salón de la Fama que podría ser construido a futuro. Esta vez, los elegidos fueron Angel Castro, Epitacio “La Mala” Torres, Martín Dihigo, Lázaro Salazar, Ramón Bragaña y Genaro Casas. El Recinto en Monterrey Fue hasta 1971, cuando germinó la idea de construir la casa de los inmortales de la pelota, integrándose un comité presidido por Antonio Ramírez Muro, presidente de la Asociación de Ligas Profesionales de Béisbol y de la Liga Mexicana de Verano. Además, se tuvo el ofrecimiento de Eugenio Garza Sada para que el Salón de la Fama tuviera como sede la Ciudad de Monterrey, con designación de Rafael Domínguez García como su primer director. La convención histórica Fue así, a través de ese histórico recorrido, como se llegó a la Convención Nacional en Hermosillo donde ya se reconocía el esfuerzo que como pivotes en la formación del Recinto realizaban, en forma incansable, Rodolfo González Castillo y Alejandro Garza. Incluso, se nombró un Comité Nacional del Salón de la Fama en cuya presidencia quedó Fernando “Fray Kempis” Campos, así como a Tomás Morales, Humberto Galaz, Francisco Cano, al profesor Ramón Olvera y Julio Blanco, teniéndose de suplentes a Enrique Llánez, Jorge de la Serna y Enrique Kerlegand. También se integró un Comité de Reglas supervisado por la Asociación de Ligas Profesionales de la República Mexicana, el cual se informó iba a funcionar en lo sucesivo bajo la presidencia de “Fray Kempis”, de la Ciudad de México y Carlos Rubio, de Veracruz. En la misma Convención se exhibieron placas del Recinto y los bocetos de lo que iba a ser la Catedral del Béisbol Mexicano proyectada para abrir en febrero de 1973, lo que finalmente ocurrió el 10 de marzo de aquel año con la entronización de Daniel “La Coyota”, Ríos, Roberto “Guajiro” Ortiz, Anuar Canavati, Agustín “Pijini” Bejerano, Lázaro Penagos y Manuel Oliveros. Por todo este rico historial, más lo que viene, ¡felicidades, Recinto, felicidades! |