Robinson Cano

Héctor Espino y Beto Avila ingresarán

al Salón  de la Fama del Beisbol Latino 

Serán entronizados el próximo 29 de mayo; Espino también está nominado en otro templo de inmortales de EU.


 
Jesús Alberto Rubio

beisrubio@gmail.com 

Héctor Espino y Beto Avila ingresarán el próximo 29 de mayo al Salón de la Fama del Beisbol Latino con sede en República Dominicana. 

Honor, gran honor tan grandes peloteros mexicanos de todos los tiempos y esto es, sin duda, una gran noticia para el béisbol mexicano. 

Espino y Beto, con alto orgullo,  formarán parte de la primera generación del nuevo recinto latinoamericano. 

Enhorabuena. 

Otra nominación a Espino

Mire usted: The Baseball Reliquary, Inc. anunció sus 50 candidatos para el Santuario de los Eternos –equivalente a The Baseball Hall of Fame en Cooperstown– y, entre ellos, ¡también están Héctor Espino!

El Santuario, con sede en el sur de California, se dedica a  fomentar el aprecio del arte y la cultura americana a través del contexto histórico  del beisbol. 

De los nominados, serán tres los elegidos en ceremonia de entronización que se realizará el próximo 18 de mayo en Pasadena, California.

Hasta hoy, son 33 los que miembros del recinto, entre ellos, Fernando Valenzuela (Ingresó el 2006 junto con Josh Gibson y Kenichi Zenemura):

Jim Abbott, Dick Allen, Emmett Ashford, Moe Berg, Yogi Berra, Ila Borders, Jim Bouton, Jim Brosnan, Bill Buckner, Roberto Clemente, Steve Dalkowski, Rod Dedeaux, Jim Eisenreich, Dock Ellis, Mark Fidrych, Curt Flood, Josh Gibson, William “Dummy” Hoy, Shoeless Joe Jackson, Bill James, Bill “Spaceman” Lee, Roger Maris, Marvin Miller, Minnie Minoso, Buck O’Neil, Satchel Paige, Jimmy Piersall, Pam Postema, Jackie Robinson, Lester Rodney, Fernando Valenzuela, Bill Veeck, Jr., and Kenichi Zenimura.

El Santuario de los Eternos es similar en concepto a las elecciones anual que se celebra en Cooperstown ya que las estadísticas de los nominados no son un criterio para su elección.

En cuanto al procedimiento, el Santuario difiere significativamente del Salón de la Fama del Béisbol en la elección –que se apoya en un selecto grupo de periodistas deportivos o comités– ya que ofrece participación abierta al público. 

Un comité  nombrado por la Junta de Directores de Relicario diseña una boleta con los 50 aspirantes, ganando los tres con mayor porcentaje de votos electorales.

Entre los candidatos elegibles este año, son nueve los que debutan; un décimo, el periodista de beisbol Roger Angell ( The New York magazine), regresa a las urnas después de una ausencia de once años.

Los candidatos debutantes, son: Héctor Espino, Pete Rose, Maury Wills, Steve Blass, Jay Buhner, Jefferson Burdick y Eddie Grant (1883-1918, el primer pelotero de Ligas Mayores muerto en acción en la I Guerra Mundial); 

Otro es Frank O’Rourke (1916-1989), uno de los más grandes, aunque en gran parte desconocido, de los escritores de ficción de béisbol de la II Guerra Mundial. Incluso trabajó con los Filis de Filadelfia en los entrenamientos de primavera a finales de 1940) y su intimidad con los jugadores le ayudó a utilizar sus personajes de ficción.

Virgilio Arteaga 

Quien esto escribe y el colega Jesús Varona coincidimos en la grandeza de otro inmortal del béisbol: Virgilio Arteaga. 

Varona, nos dice: “Una excelente lra base del Círculo Militar y Naval y su 3er bate, zurdo, en aquel trabuco. 

En la época gloriosa del amateurismo cubano de las décadas de finales del 30 y 40 del siglo pasado, en esa maquinaria figuraban: Mera, del Cristo, Remigio Vega, Felino Sánchez, Isidoro León y Mario Fajo. 

Esa fue, en Cuba, su verdadera época de gloria. 

Virgilio nació el 21 de mayo de 1917, en el ultramarino pueblo de Regla, Ciudad Habana. 

Estuvo en dos selecciones Cuba: Las de 1940 y 1943. En el amateurismo bateó sobre 300. Pasó al profesionalismo, jugo en toda el área de beisbol americana (Ligas Menores). 

Pero su época más formidable la hizo en México y de ahí si tu conoces su vida, siempre como excelente jugador  y manager”.

 

Así es.

Virginio Secundino Arteaga y Díaz, guió como timón a dos campeonatos seguidos a los Naranjeros en la Liga Invernal de Sonora (60-61 y 61-62). 

Su historia se enriqueció con una admirable trayectoria en el béisbol de Cuba, Estados Unidos, México, Venezuela, Panamá y Puerto Rico. 

Jugó  con Mariano, en Cuba; también en Chihuahua (Dorados) en lo que fue la Liga Nacional y en el verano de 1947 dirigió (y jugó  la primera base, claro) en la Liga de Sonora a los “Belloteros” de Nogales, a quienes hizo campeones, siendo también el mejor bat del circuito con .356.

Fue estelar Naranjero en la Liga de la Costa del Pacífico: en 1946-1947 ayudó  a Hermosillo a ser campeón de la II edición de aquel poderosos circuito; estuvo en el Juego de Estrellas… en fin… una trayectoria invaluable que se merece revalorar, rescatar y reconocer.

Shorty”  Arroyo 

Es posible que tu navegador no permita visualizar esta imagen. Es el mismo caso de Manuel “Shorty” Arroyo, “El Mánager Campeonísimo”, como fue conocido en su época.

 Y, precisamente, sobre el gran “Shorty”, nos ha llegado una excelentísima noticia de su hijo, Manuel Arroyo Soto: “Primero que nada quiero felicitarte por el gran Premio "Fray Nano", el que muy merecido lo tienes por lo excelente que escribes. 

Mira: te diré que estuve en la Cd. de Monterrey la semana pasada por cuestiones del trabajo y me di mi tiempo para ir a ver a los Sultanes. Me dio mucho gusto saludar en el estadio a Gonzalo Camarillo Jr. y a mi gran amigo Ricardo Velázquez quien me dio una gran noticia: que van a tomar en cuenta a mi padre en las próximas elecciones de Veteranos. 

Ojala y ya se haga justicia porque es muy grande la impotencia de ver como siguen entrando al Recinto de los Inmortales y a mi padre ni siquiera aparece en las boletas. Te mando un fuerte abrazo y un saludo”. 

¡École…! 

También ya lo he dicho: Manuel “Shorty” Arroyo está conceptuado como de lo más notable tanto en calidad de   jugador y  mánager de la vieja Liga de la Costa del Pacífico. 

Fue el primer campeón bat (.375) y productor (42) de la Liga de la Costa y como manager conquistó cinco banderines, de los cuales ¡4 pudieron haber sido consecutivos! (Esa historia ya se la conté; aquella en que no hubo final (1950-1951) entre Culiacán y Guaymas, dejándose la temporada sin campeón). 

Esa vez le declararon forfit a los Ostioneros, que no se presentaron a la final; luego entonces, la presidencia del circuito debió haberle dado el título a los “Tacuarineros”, pero no sucedió así. Y adiós cuarto banderín seguido para “Shorty”, el cual fuera el récord. (Memo Garibay, con Mazatlán, es quien tiene el récord en este béisbol invernal con tres consecutivos (del 52-53 al 54-55). 

El enorme expediente de “Shorty” Arroyo nos dice que obtuvo ocho campeonatos; los más notables, aquellos cinco en la Liga de la Costa del Pacífico. 

También llevó a Nanchital al banderín en la Liga del Sur de Veracruz en 1952 y otros tres con los Dorados de Chihuahua en la Liga Nacional. 

Se distinguió  por ser un jugador de gran coraje en el terreno de juego, primero como tercera o segunda base y luego en funciones de timonel. Un pelotero ¡todo completo! 

Por sus altos méritos, hará unos dos años fue  entronizado en el Salón de la Fama de la Cd. de Camargo, Chihuahua, su ciudad natal. 

Ahora, esperemos se le haga realidad tener un nicho de oro en el Templo de los Inmortales con sede en Monterrey